La historia de Villa Baviera
En Alemania
Los orígenes de lo que hoy se conoce como Comunidad de Villa Baviera, se remonta a mediados de los años 50, en la sufrida Alemania de la Postguerra.
La convergencia de amigos y conocidos, motivados por la idea de darle un sentido trascendente a sus vidas después del cataclismo vivido, con un incentivo cristiano más allá de las corrientes religiosas existentes, hizo que muy pronto se formara un grupo de pensamiento cristiano libre.
Esta organización incipiente empezó a visitar diferentes localidades de Alemania, organizando eventos juveniles al aire libre, acompañado de un mensaje cristiano, simple y cautivador donde se destacó como líder un carismático personaje llamado Paul Schäfer.
Paul Schäfer Schneider, un hombre que recién pasaba los 30 años, desde muy joven se relacionó con movimientos juveniles cristianos (CVJM), sirvió en la Segunda Guerra Mundial como enfermero en el campo de batalla y concluida esa etapa volvió a dedicarse al trabajo social juvenil, junto a renombrados personajes de la iglesia evangélica como lo eran el párroco juvenil Johannes Busch y la Familia Bodelschwingh. Finalmente, logra dar forma a su propia congregación junto a un grupo de seguidores.
Este grupo, integrado por personas de la más variada procedencia social, se formaliza a fines de la década de los 50 con el nombre de Private Soziale Mission e.V. (PSM), materializando su obra social con la construcción de una casa de acogida para jóvenes (Jugendheim) en la localidad de Heide, en el centro de Alemania.
Esta obra es inaugurada en septiembre del año 1960, un edificio de 3 pisos con alojamiento e instalaciones de recreación, salas de música, talleres y piezas de estudio, junto a un gran parque para el descanso, levantado con el único aporte de sus propios integrantes, es el orgullo de la ciudad y sus autoridades, como lo destaca la prensa de ese entonces.
Sin embargo, al poco andar la proyección de la obra en Alemania se desvía trasladándose a Chile en el año 1961.
Frente al ofrecimiento del Embajador de Chile en Alemania, Arturo Maschke, y con el aval de organizaciones católicas se gestionan los trámites pertinentes para lograr un arribo sin contratiempos de este grupo de alemanes que a estas alturas contaba mas de 200 integrantes, entre hombres, mujeres y niños. La propiedad adquirida en Alemania junto a todas sus instalaciones recién construidas son vendidas. Las familias integrantes del grupo liquidan sus bienes particulares y aportan al fondo común para financiar el traslado a Chile y la instalación en tierras tan lejanas y desconocidas para ese entonces.
El hecho de que un grupo tan numeroso y variopinto corte de raíz su relación con su tierra natal para aventurarse en una obra social en Sudamérica resulta tan impresionante como sorprendente. Aquí se puede apreciar una decisión muy trascendental en cada uno de los integrantes de este grupo que llevó a algunos a deshacerse de los bienes que tanto esfuerzo les había costado obtener, a otros cortar con empleos bien remunerados, a terminar carreras prometedoras y hasta romper lazos familiares, simplemente porque la convicción de hacer lo correcto era tan fuerte que nada podría obstaculizar la decisión tomada.

En Chile
Los primeros en pisar tierras chilenas en el año 1961, fueron Paul Schäfer y Hermann Schmidt, un teólogo de Hamburgo y ex mayor de aviación en la Guerra.
Recorrieron varias opciones de compra de terrenos para quedarse finalmente con un lote de 300 hectáreas de propiedad de la CORFO, llamado “El Lavadero” por el estero que lo recorre, correspondiente a la gran Hacienda San Manuel a la altura de Parral, 40 km. hacía la cordillera.
Este terreno venía recién de haber sido colonizado por un grupo de inmigrantes italianos, cuya organización se había desvirtuado, debido en parte a lo poco productivo del terreno, lo que incidió en un valor de compra al alcance del presupuesto del los alemanes.
Una vez realizada la compra de terreno, se funda la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad, en Octubre del 1961.
Los primeros en llegar desde Alemania son en su mayoría hombres profesionales recién titulados, como técnicos en carpintería, mecánica, electricidad, panaderos, pintores entre otros, lo que convierte el grupo en especialmente eficiente y productivo, tanto así que en 1962 ya existen las instalaciones necesarias para albergar a las familias completas, especialmente mujeres y niños que son trasladados en buque desde Europa a Chile.
Debido a lo precario del panorama general y el escuálido presupuesto con el que se contaba, todos se involucran en los trabajos de producción, preparación de terreno e construcción de las instalaciones definitivas. No es raro apreciar a mujeres produciendo baldosas y limpiando campos, como tampoco a jóvenes realizando trabajos de ordeña de vacas y tala de árboles, por ejemplo. Todos en todo momento comparten lo que hay y asumen de manera igual las condiciones existentes.
Con el correr de los primeros años se proyecta un espíritu de trabajo y eficiencia nunca antes visto en la zona, lo que hace que la población rural existente en torno a los alemanes se sienta atraída para buscar en este grupo de recién llegados, solución a sus problemas cotidianos y especialmente a los problemas de salud, considerando lo aislado de la zona y la falta absoluta de algún tipo de cobertura médica.
Como dentro del grupo se contaba con enfermeras, éstas se dedican a atender a las personas de la mejor manera posible. Así y sin habérselo propuesto, se inicia una obra de ayuda social que posteriormente lleva al conocido Hospital El Lavadero, luego Hospital de Villa Baviera.
El grupo ya instalado y dedicado principalmente a la producción agrícola y ganadera se ve enfrentado a su primera vicisitud mayor en el año 1966. Se acusa a su líder, Paul Schäfer, de cometer abuso sexual contra un menor de nombre Wolfgang Müller, además de abusos y restricciones en la libertad personal de sus integrantes.
El hecho denunciado muy pronto toma ribetes escandalosos y la justicia determina ordenar una investigación judicial a cargo de un ministro en visita.
Se involucra el poder legislativo donde destacan por un lado las acusaciones en contra la Sociedad Benefactora del en ese entonces senador Patricio Aylwin y las defensas del también senador comunista ……….., como también la investigación realizada por una Comisión de la Cámara de Diputados.
El resultado de todo este proceso exculpa a los alemanes y a nivel de prensa incluso surgen disculpas públicas destacando una persecución política en contra del grupo de alemanes cuya obra beneficiaba a tantos chilenos.
Había sido el gran triunfo de Paul Schäfer que lo llevó a consolidar su forma y método de conducción de la comunidad.
Internamente el grupo se aísla del mundo exterior, la forma de vida se torna cada vez más “especial” lo que hace que algunos de sus integrantes retornen a Alemania en abierto desacuerdo con el sistema de vida que se estaba instalando y que convertía la comunidad en núcleo esencial de la convivencia, dejando de lado los intereses y aspiraciones de las familias y las personas individuales.
Una vez superado este gran inconveniente el grupo se empieza a afirmar económicamente. Las personas residen en casas o departamentos definitivos, se empieza a impartir enseñanza a los niños propios y adoptados en la Escuela El Lavadero y el impacto social y modernizador se hace notorio en la zona. Los panes, kuchenes y embutidos elaborados por profesionales alemanes se hacen tan conocidos, como las máquinas trilladoras y el molino que prestan servicio a la los campesinos chilenos de Parral y alrededores. Se inicia la explotación de áridos en el sur de Chile con una chancadora ambulante y se presta servicios de flete a particulares y empresas con los camiones propios, para nombrar algunas iniciativas. Cada integrante está involucrado en algún quehacer y la fuerza productiva del grupo, donde cada cual aporta de manera completamente desinteresada, lo hace crecer de tal forma que hasta los períodos de flaqueza son superados mancomunadamente con ingenio y austeridad.



